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17 Jul El sexo después del parto (I): la recuperación física

El embarazo y el parto conllevan enormes cambios en el cuerpo de la mamá y en la vida de los dos papás. Una vez volvemos a casa con el bebé, es el momento de volver a la normalidad, algo que, para la pareja, incluye retomar las relaciones sexuales. Tras el parto, la mamá necesitará recuperarse físicamente, y es habitual que la pareja necesite adaptarse a todos los cambios, que en algunos casos pueden suponer una barrera a la hora de reconectar con su vida sexual anterior.

 

¿Cuándo retomar las relaciones sexuales?

El ginecólogo o la matrona que esté haciendo nuestro seguimiento nos indicará cuándo podemos retomar las relaciones sexuales con penetración. Habitualmente se suele indicar iniciar las relaciones unas seis semanas después de dar a luz. Sin embargo, si hemos tenido un parto vaginal, sin episiotomía y el sangrado (los llamados loquios) ya se ha detenido, esta fecha podría llegar antes. También, en algunos casos, puede que necesitemos más tiempo de recuperación, si ha habido alguna complicación en el parto, si la cicatriz de la cesárea o episiotomía aún no se han curado, o si los loquios aún no han finalizado en la semana seis, puede que nos indiquen posponer el inicio de las relaciones sexuales.

Algunas mamás, llegada la fecha en que el médico confirma que pueden retomar las relaciones sexuales sin inconvenientes, vuelven a iniciar su vida sexual anterior sin complicaciones.

Sin embargo, lo más frecuente es que, más allá de las primeras semanas y las contraindicaciones médicas, retomar el sexo resulte un proceso más complejo y largo. Esto ocurre a causa de muchos factores físicos, pero también hormonales y emocionales, que entran en juego en esta etapa de nuestra vida.

 

Pies de una pareja bajo las sábanas

 

 

Dificultades en la recuperación física

Aunque el médico o la matrona nos hayan confirmado que ya podemos tener relaciones sexuales de forma segura, es posible que, a nivel físico, encontremos cambios o problemas que nos lo dificulten.

 

Sensibilidad y dolor

Es muy habitual que la mamá sienta sus órganos sexuales muy sensibles tras haber dado a luz. Esto es totalmente normal. Con el tiempo, recuperaremos una sensibilidad más moderada y cercana a nuestra experiencia antes del embarazo (aunque algunas mamás descubren que después del parto, sus sensaciones son diferentes y encuentran nuevas preferencias).

Sin embargo, esta sensibilidad no debe convertirse en dolor. Si sentimos dolor, lo indicado es detenernos y esperar más tiempo para empezar las relaciones sexuales con penetración.

Si este es nuestro caso y sentimos que es el momento de iniciar las relaciones sexuales, es aconsejable iniciarlas con otras prácticas que no necesariamente exigen la penetración. A la mínima sensación de dolor, es preferible detenerse y avanza pausadamente mediante caricias o besos.

Forzarnos a mantener una actividad sexual que nos provoca dolor puede llevarnos al miedo, y que este desencadene finalmente lo que se denomina “dispareunia”, un trastorno de índole sexual que impide las relaciones con penetración. Si la sensación de dolor se prolonga en el tiempo deberíamos consultar a un especialista (ginecólogo, sexólogo, o fisioterapeuta especializado en suelo pélvico) ya que existe tratamiento para estas molestias.

 

Amor y cariño son la forma de iniciarse en el sexo

 

Sequedad vaginal

Especialmente si estamos dando el pecho, los cambios hormonales de esta etapa de nuestra vida hacen que tengamos menos lubricación vaginal. Este problema puede ocasionar dificultad e incomodidad en las relaciones sexuales. Es recomendable usar un lubricante (con base de agua) para hacer las relaciones más placenteras para ambos.

 

Tirantez de la cicatriz

Si hemos tenido una episiotomía o un desgarro (o ambos), la cicatriz debe sanarse antes de que podamos retomar las relaciones sexuales. Una vez los puntos han cicatrizado y tenemos la aprobación del médico o matrona para retomar las relaciones sexuales, es posible que aún nos provoque algunos inconvenientes. Es habitual sentir la cicatriz muy tirante, lo cual provoca una sensación desagradable o incluso dolorosa.

Podemos favorecer la sanación de la cicatriz y la elasticidad de la piel, realizando masajes, con un producto indicado como el aceite de rosa  de mosqueta. Lo puede realizar la mamá o su pareja, y es aconsejable que aprendamos a hacerlo con la ayuda de un profesional especializado en rehabilitación pelviperineal.

 

Suelo pélvico debilitado

Incluso si hemos tenido cesárea y no hemos pasado por un parto vaginal, los músculos del suelo pélvico han sobrellevado el peso del embarazo durante nueve meses y lo normal es que el suelo pélvico esté afectado.

Esta musculatura, que cierra la cavidad abdominal por la parte inferior, es esencial para varias funciones del cuerpo, incluida la función sexual. Un suelo pélvico debilitado, como es conocido, nos puede provocar problemas como los prolapsos o la incontinencia, pero también afecta nuestro bienestar sexual. Notaremos menos sensación y presión en las relaciones sexuales, y el orgasmo puede ser más difícil y menos intenso para la mamá.

Es muy recomendable realizar una valoración postparto con un fisioterapeuta especializado, que nos indicará cuál es el estado de nuestro suelo pélvico y qué podemos hacer para mejorarlo. La recuperación del suelo pélvico es mucho más fácil durante el postparto, hasta un máximo de dos años después de dar a luz, por lo que es una buena idea invertir en mejorar la musculatura pélvica en esta etapa.

 

 

La recuperación física es muy importante. Por este motivo también es aconsejable retomar el deporte, especialmente realizando ejercicios especializados, como los hipopresivos. Sin embargo, hay otros factores que pueden influir a la hora de retomar nuestra vida sexual, relacionados con los cambios hormonales y emocionales que ha sufrido la mamá y la pareja.

 

Es importante recordar que estamos viviendo un proceso de recuperación totalmente natural y no debemos angustiarnos si nos lleva un tiempo volver a la normalidad. Tampoco hay que tener miedo a pedir ayuda: existen profesionales a nuestra disposición especializados en ayudarnos a recuperarnos en todos los aspectos en esta etapa de nuestra vida.

 


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Ana Rodriguez
arodriguez@atempocare.com

Fisioterapeuta gestora de AtempoCare, centro de fisioterapia especializado en el cuidado de la mujer, la maternidad y la atención infantil.

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